Cómo preparar una buena cachimba
La cachimba, también conocida como shisha, pipa de agua o narguila, es una herramienta que nos permite fumar de una forma especial varias clases de sustancias. Tiene su origen en Oriente hace unos cuantos siglos, pero su uso se ha incrementado considerablemente en Europa y América desde hace unos años.
En un primer momento se utilizaba para fumar cannabis u opio. Esto todavía se sigue realizando en algunas partes del planeta, pero el paso del tiempo ha permitido la irrupción de otras sustancias para fumar en las cachimbas.
Cómo preparar una shisha
En muchos locales de ocio o bares es habitual encontrarnos con grupos de personas utilizando las cachimbas. Se utilizan sobre todo como una forma de socializar, de estar en un ambiente distendido con un grupo de amigos. Pero su uso va más allá de los locales de hostelería, ya que cada vez son más las personas que deciden hacerse con una para disfrutarla en su casa.
Aunque pueda ser vista como un elemento de socialización, también puede usarse en la soledad, para desconectar o relajarse después de un día de cierta tensión. La preparación de una cachimba no exigirá de mucho esfuerzo ni tiempo. En apenas un par de minutos podrás tenerla lista.
Para disfrutar de una buena cachimba en tu hogar es necesario que sigas una serie de pasos. Se tratan de unos conocimientos básicos que contribuirán a que la disfrutes mucho más.
Pasos para disfrutar de la cachimba
En primer lugar hay que llenar la base de la pipa con agua y colocar una determinada cantidad según sus dimensiones. Lo correcto será que el agua quedase al menos un par de centímetros por encima del tubo. Así, el humo se filtrará por medio del agua y te permitirán obtener el efecto burbujeante.
Si el carbón que tienes previsto emplear no es instantáneo, es necesario que lo enciendas con cierta antelación. Para la preparación del carbón puedes ayudarte de algún aparato como los hornillos de gas o los eléctricos.
El siguiente paso nos llevará al montaje de la cachimba. Es preciso colocar la parte alargada de metal del mástil en la base por la parte ancha de cristal. Comprueba que todo esté correctamente encajado y que no exista ningún hueco por el que pueda circular al aire.
Procuraremos poner la manguera en su sitio perfectamente ajustada. Es una de las partes en las que más incidiremos, ya que por ella se aspira el humo, así que trataremos de que vaya debidamente encajada para que no entre aire. De hecho, si está bien puesta en el momento de la inhalación es posible que la hierba consiga una temperatura correcta con la cual puedas calentarla sin que sea preciso quemarla.
A continuación habrá que triturar la hierba que se vaya a fumar, tratando de no pasarse con las cantidades. Procura ajustar bien para que no rebose ni tampoco te quedes corto porque de lo contrario no podrías disfrutar del sabor. Es importante, además, que no se apriete excesivamente para que no se cubran los orificios por los que debe pasar el humo. De ahí que recomienden desmenuzarla para que esté suelta en la cazoleta, para que así el aire entre correctamente y el carbón se consuma lentamente.
Lo siguiente que debe realizarse es coger un trozo de papel de aluminio y ponerlo en la cachimba, tratando de que quede lo más estirado posible. Haz unos cuantos agujeros, lo más pequeños que se puedan, yendo desde el centro hasta los bordes. En la parte central haremos uno un poco más grande. Con ello pretendemos que tanto la hierba como el carbón tengan una combustión más lenta.
Cuando se tengan hechos los agujeros hay que volver a tensar el papel. Lo adecuado sería emplear un papel de aluminio especial para cachimbas, que podrás obtener en cualquier establecimiento dedicado a la venta de artículos de cannabis. Tienen la particularidad de que ofrecen una mayor resistencia frente al calor y cuentan con una adecuada tensión.
Sobre el papel de aluminio se pondrá el carbón encendido, y para no llevarnos un susto recurriremos a unas pinzas. De esta manera lo tendremos todo preparado para comenzar a utilizar la cachimba.
Eso sí, recuerda que una vez que te hayas deleitado con tu hierba favorita es preciso proceder a limpiar tanto el mástil como la base. De esa manera conseguiremos que no queden ni olores ni restos de suciedad en los usos que se le puedan dar más adelante.
Como se puede comprobar, la preparación de una cachimba no requiere de un proceso complejo. Disponiendo de los materiales precisos lo tendrás muy sencillo.
Mantener en buen estado la cachimba
Es importante un adecuado mantenimiento para poder alargar la vida útil de la cachimba. Esto implica que una vez que se acaba de usar hay que desmontarla y limpiar correctamente la boquilla. De lo contrario corres el riesgo de que la próxima vez que se vaya a emplear cuente con un sabor a óxido que puede resultar muy desagradable. Trata de hacer este proceso de limpieza siempre en caliente, ya que será más sencillo que si lo dejas enfriar.
Si se da la circunstancia de que no puedes o no te apetece limpiar la cachimba después del uso, es posible realizarlo en otro momento. Para ello nos ayudaremos de alcohol o agua caliente, además de un puñado de sal.
Como acabas de comprobar la cachimba puede utilizarse tanto en solitario como con los amigos. Eso sí, es importante que sepamos prepararla para disfrutarla en todo su esplendor.